miércoles, 17 de abril de 2019

La debacle cardenal

Final del partido de Independiente Santa Fe contra La Equidad: la ira, y el inconformismo de los aficionados no se hizo esperar en la tribuna. Se rescató un punto cuando todo estaba perdido. Esa noche se ratificó el mal momento, ocurriendo lo impensable. El equipo cardenal, volvió al estado de 2008 y anteriores; sin ganas, sin clase, sin técnico, sin directivos, sin nada... perdón, con lo primero sí:  una afición inconforme.

En la Liga Águila 2019, Santa Fe tiene cero victorias, 10 empates (sufridos), 5 derrotas, menos de un gol anotado por partido y al menos un gol recibido (la peor campaña en los últimos diez años). Algunas de esas cifras corresponden a lo hecho por el técnico Sanguineti, lo cual le costó el puesto. Entonces las directivas tomaron la decisión de nombrar a un reciente exjugador, Gerardo Bedoya, que hasta ahí, solo había sido asistente técnico, es decir sin experiencia, sin mucho en su hoja de vida como entrenador. Por supuesto, los resultados no fueron diferentes a su predecesor. La consecuencia: posición 19 en la tabla del torneo y con posibilidades de llegar al último lugar.

Lo ocurrido hasta ahora no es producto de la casualidad, primero porque se han contratando jugadores extranjeros sin un hoja de vida sobresaliente, exceptuando a Omar Perez y  Luis Manuel Seijas (para infortunio de muchos, Omar se lesionó). Muchos de los contratados pasaron sin pena ni gloria en las dos últimas temporadas, cobraron, se fueron y la afición ni los recuerda, alguno más en el banco, al parecer quienes los trajeron asumen que que se equivocaron con ellos. Por ejemplo Facundo Guichón, un volante que parecía un golpe de suerte en la temporada anterior, sin embargo con las "rotaciones" actuales en la nómina, no aparece ni en la reserva. En el caso de los nacionales, jugadores ya de salida, con muy bajo rendimiento como, Carmelo Valencia; exgoleador de la Equidad.   Y la falta de físico del ya maduro Andrés Pérez - casi siempre lo sacan por cansancio -. Lamentablemente se ha sacrificado a jugadores jóvenes (canteranos, como les dicen), queriendo buscar en ellos la salvación, alguno se lesionó, los otros no han podido aportar, aunque parecen tener buen futuro, hoy también ocupan el banco, están la tribuna o viendo el partido por tv en la comodidad de sus hogares. Ah!, faltaría agregar la indisciplina de algunos.

Claro las consecuencias no solo se ven en los resultados, sino en la respuesta de sus seguidores, los que fielmente pagan una boleta. Primero, porque van por un buen espectáculo y segundo porque creen que su equipo no debe perder el lugar ganado en los últimos diez años. Sienten que nos los respetan, ni los jugadores, ni los directivos. Con razón, en cada uno de los últimos partidos, abuchean al club, insultan a los directivos, quizá porque entienden que la nómina que se tiene es superior a la que tienen equipos que están por encima en la tabla, o porque ven en el campo la falta de entrega y tal vez de profesionalismo en algunos jugadores cardenales. La conclusión del hincha siempre es que algunos de  ellos no merecen vestir el uniforme albirrrojo.

Ante la crisis decidieron volver a cambiar de director técnico. Primero le ofrecieron a Wilson Gutiérrez la dirección del equipo. Este pasó un proyecto, seguramente con una oferta económica consecuente con lo que logró hace siete años, parece que juzgaron que su proyecto es inferior al de la persona que nombraron, Patricio Camps, una vez más alguien sin experiencia. La dirección técnica del equipo será ocupada por el que fuera el asesor técnico del exdirector de la Selección Colombia Néstor Pekerman. Le apuestan a que tengan un golpe de suerte y resulte un técnico fuera de serie reviviendo al equipo. Gerardo Bedoya será un exjugador más que soñó con ser técnico. Ha sido víctima de la improvisación, seguramente no terminará dirigiendo. De ser así, asumirá el gerente deportivo, Agustín Julio mientras llega Camps, como ya lo había hecho con la salida de Gregorio Pérez en 2018.

Lo ocurrido hasta ahora en la parte deportiva y en la administrativa merece una revisión de parte de los socios del club, de una autocrítica de quien hace de presidente y de los mismos miembros de la junta directiva. Un factor común en esta crisis es la falta de experiencia en la dirección técnica, ¿será que también la hay en la junta directiva?.

Todo esto se parece a un viacrucis, en el quedan muchas estaciones para que terminen de crucificar la imagen del equipo. 
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2019    @celiopineda